Bajo el Olmo: Todos plagiamos

Esto no es un hashtag de apoyo a la causa, ni un lema de cabeza de manifestación. Es una declaración de intenciones. Todos plagiamos. Es así. Nuestra mente guarda elementos que luego utiliza. Pero claro, el caso no es de un blog de alumno de 1º de periodismo. El ojo del huracán está encima del autor del cartel del carnaval de Málaga Curro Claros.

Hace unas semanas contábamos en estas líneas cómo había sucedido la presentación del cartel de la discordia. Un cartel al que pocos le pueden discutir que no cumpla con los requisitos propios de la belleza pictórica. Hasta que topamos con las redes. De alguna manera, hasta los ojos de Marco Secchi llegó el cartel donde se ubicaba su “malagueño” arlequín.

¿Dónde está el error?

En primer lugar, en el descuido del artista. Una maravillosa inspiración que podría haber estado zanjada con un permiso concedido a tiempo. Como él bien decía, pintar al Cautivo no era problema. Y, de hecho, nadie en su sano juicio iría a reclamar nada por usar su imagen. Lo peor de todo, que muchas veces esto sí que se hace con un fin económico. Vender pañuelitos, pulseritas y cualquier objeto variopinto.

¿Dónde está el verdadero error?

Estamos ante una obra divulgativa cuyo único fin es el de proclamar a los 4 vientos que comienza el carnaval. No hay finalidad económica. No hay objeto de comercialización. Solo carteles de papel fotográfico pegados en las cristaleras del Bar Susi, de la Peña Carnavalesca, o en la foto de grupo de los miembros de la Fundación del Carnaval.

La postura de la Fundación

Hace unos días leíamos el comunicado por parte de la Fundación diciendo que la obra sería modificada para salvaguardar la originalidad. Sin echar un capote al artista elegido. Escondiendo las orejas en vez de soltar una lanza en su favor. El cartel será modificado. Sí. En la cristalera del Bar Susi no va a estar el arlequín verde y morado. Pero seguro que sí estará una gran obra digna de la causa. Porque las manos no son las de cualquiera. Porque donde hay arte no hay obstáculo posible. Porque todos plagiamos. El arte plagia al arte.