El Zótano de Alberto: La cultura a la horca

¡La que se ha liado por una exposición! Y mientras tanto, Francisco de la Torre haciéndose el sueco, o mejor dicho el chino, que es donde se encontrará el ilustrísimo señor alcalde durante los próximos días, en la China.

El clima de tensión política que está atravesando España en estos momentos ha podido afectar. Y es que, con nuestro sueldo, los recortes, y la corrupción que jueguen lo que quieran. Pero la bandera, la Rojigualda, “¡que no la toque nadie!”.

La Casa Invisible la ha tocado, y eso ha tenido sus consecuencias. La polémica explotó el pasado domingo, cuando en la fachada de la céntrica calle Nosquera, apareció una horca con una bandera de España. Y como jugar con la bandera en estos momentos es peligroso, el debate no ha tardado en salir.

¡Increible, una horca con la rojigualda! Lo que algunos no han querido entender, es que esta horca forma parte de una exposición. Concretamente ‘La Guerra. Espacios- Tiempos del Conflicto’, utiliza la bandera como una metáfora para denunciar la violencia de los estados. La española no era la única bandera que colgaba de la fachada, aunque las otras se hicieron invisibles para los más críticos.

El grupo político Ciudadanos ha sido el más radical. Los naranjas han presentado una moción de censura para sacar a concurso La Casa Invisible. Lo que significaría una privatización más —porque tenemos pocas—, esta vez de la cultura.

La horca ha sido la excusa perfecta, la que muchos buscaban para volver a entonar cantos de desahucio. En definitiva, una polémica sinrazón, creada por varios interesados. Interesados en la privatización de la cultura. De acabar con los espacios autogestionados.